Uribe será su abuela

Todo esto pasó semanas después de la victoria del sub-presidente, Iván Duque. Por esos tiempos, Uribe era llamado a indagatoria en la Suprema Corte, por OTRA investigación en su contra. Esta vez por soborno y fraude procesal en la denuncia que puso por un supuesto cartel de falsos testigos en contra suya, orquestado por el senador Iván Cepeda. La indignación de más de un uribista no se hizo esperar, y casi como si se estuvieran jactando por la victoria presidencial de su partido, también exhibieron su inmarcesible apoyo al paraco de las crocs. Pagaron varias vallas para mostrarlo a todo el mundo, no sabría decir en cuantas partes del país, pero seguro que en Bogotá las habrán puesto y no me extrañaría que en Medellín pusieran mil. Hasta por acá en Cali también estuvieron. Y así, durante varias semanas, en distintos rincones de la ciudad y al estilo de la Alemania nazi, teníamos la cara del sinvergüenza ese, impresa en una valla de no-se-cuantos metros bajo la consigna “Uribe es Colombia”.

Uribe será su abuela.

El caso es que acá en Cali había una de esas vallas en la quinta con diez, un punto bastante transitado en la ciudad. Cuando la vi por primera vez, regresaba en bicicleta a mi casa, y semejante horror de imagen me hizo detener la marcha para contemplar con odio e ira la porquería aquella: “hay que estallarla, hay que quemarla, hay que grafitearla” pensaba entre la indignación. Y seguro que muchos más lo pensaron, Cali no es hincha de Uribe a pesar de unos cuantos tarados. Pero alguien, un desconocido hasta el momento, un héroe, un artista, un real GRAFITERO (o GRAFITERA), tuvo los huevos para subirse los varios metros de altura de la valla, y llegar con un aerosol para tachar “Colombia” y poner PARACO HP.

No duro mucho. Al otro día la quitaron, y hasta allí termino todo. Aquella valla no duro otra noche más rectificando la verdad sobre Álvaro Uribe.

 

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